Estado nación 101: Cómo formar una frontera

Testimonios sobre tres puestos fronterizos austríacos entre 2015 y 2017
2018


Leo Kreisel-Strausz

A través de tres testimonios personales se examinan los puestos fronterizos Radkersburg, Brenner y Spielfeld, centrando la atención en las fronteras como escenificaciones (políticas) que ganaron relevancia especialmente durante la llamada "crisis de los refugiados". Las tres contribuciones se dedican al hecho de que no es por naturaleza que las fronteras se ubican en el espacio, sino que primero hay que "formarlas" de maneras muy variadas. Después de las contribuciones a la conferencia habrá una discusión abierta, introducida por un comentario de Petra Leschanz, redactora de la plataforma informativa y activista "Border Crossing Spielfeld".

Las fronteras son trabajo duro. Debido a que, ante todo, no existen físicamente, sino sólo en el reino de lo ideal, se necesita mucha fuerza para sacarlas a la realidad. La línea en la arena necesita el espectáculo, que una y otra vez confirma su indispensabilidad y funcionalidad y lo liga al mundo de los seres humanos. Una vez establecida la frontera, una vez sobrepuesta a las barreras y vallas la trascendencia de grandes narraciones, el mundo se ve completamente diferente: ahora, en un trocito de bosque está grabada la seguridad nacional, y en una cadena de colinas el fin de lo común. Pero a diferencia de los árboles y las colinas, la frontera entre los seres humanos se presenta de otra manera: marca el comienzo de sus libertades o el fin de las mismas. Burocracias tanto familiares como hostiles. La producción de ciudadanos, solicitantes de asilo, ilegales. Un molesto obstáculo a la circulación vehicular o el momento clave de una vida entera.

Las fronteras austríacas con Eslovenia e Italia ya han sido abandonadas. Conforme a la promesa europea, las historias que habían creado su realidad ya han sido arrojadas a la "escombrera del tiempo" (Reinhard Mey). Cuando llegaron los extranjeros en verano del 2015, en muchos lugares tan sólo había piedras desgastadas que traían a la mente los tratados fronterizos de Saint-Germain. A lo largo de esos días, uno de los mayores desafíos para los líderes políticos consistía en hacer que las fronteras se vuelvan realidad de nuevo. Dar forma a su indispensabilidad – un trabajo bastante duro, considerando que un solo paseante, un "paso no documentado", un puente sobre el río o una viña pueden ser capaces de socavar los cimientos del esfuerzo.

¿Cómo lo hicieron?